Allí estuvimos, para celebrar juntos esta fiesta del Coleccionismo.
¡Gracias a todos los amigos y familiares que hicieron posible nuestra presencia en esta Fiesta!
¡Gracias a todos los amigos y familiares que hicieron posible nuestra presencia en esta Fiesta!
VENDIENDO LAS REPETIDAS
Hace bastantes años que el domingo de agosto que precede a la Fiesta Mayor, se celebra en Campo una Feria de artesanía. Este año se le ha querido dar un contenido más amplio, y se ha dado cabida a la promoción de sectores de comercio tanto de nuestro territorio como de las comarcas o provincias vecinas, además de a entidades públicas y privadas sin ánimo de lucro.
Con la satisfacción de haber contagiado un poco la admiración por las hueveras, a muchas personas que se han acercado a nuestro puesto, queremos darle las gracias a todos, a los amables visitantes y a las buenas amigas.
PARA AYUDARNOS A RECORDAR
Para proceder al recuento de hueveras había que designar a dos "contadores" oficiales, personas de reconocida honorabilidad, que merecieran la confianza de todo el pueblo. Se lo pedimos a Tomás Delclós y Carmen Mascaray y tuvimos la suerte de que aceptaran la tarea. Tomás es Licenciado en Derecho por la Universidad de Barcelona y en Periodismo por la Autónoma. Carmen, Licenciada en Derecho. ejerce desde hace años la abogacía. Tomás, como colaborador habitual de El País, tuvo el detalle de dedicarnos un artículo en dicho periódico, que le agradecemos mucho.
"EL PAÍS" COLECCIONISMO. CRÓNICA y
Colección de 15.485 hueveras para ganar el Guinness
Barcelona - 14 OCT 2023 - 05:15 CEST
"La palabra “huevera” tiene distintas acepciones. La que conviene a esta
crónica no es la que se refiere a los cartonajes o cestos de alambre que permiten
transportar docenas, y más, de huevos. Quien colecciona hueveras la hace de los
menudos recipientes en forma de copa pequeña donde se coloca el huevo pasado
por agua. Más nomenclatura. Del latín “pocillum” (“tacita”) y ovi (“huevo”)
nace “pocilovista”, coleccionista de hueveras. María José Fuster (Campo,
Huesca) lo es. Y muy destacada. Tiene 15.485. Y, sorpresa, nunca se ha servido
un huevo pasado por agua. “No me gustan, nunca los he probado”. Eso sí, además
de mimar estos enseres, ha investigado sus aledaños. Conoce su historia. Tiene
todas las piezas documentadas (año de adquisición, procedencia, material…) y
dibujadas en más de treinta libretas. Hace tiempo, por iniciativa de los hijos,
mantuvo dos blogs sobre la materia. Una huevera al día recibió
en 2005 el premio al Mejor Blog en la categoría de “inclasificables” de 20
Minutos y mereció citas, con algo de perplejidad, en la BBC y La
Repubblica. Es miembro de una asociación de coleccionistas francesa y ha
participado en los mercadillos de los Egg Cup Collectors Club británicos.
Fuster ficha los libros en cuya portada hay una huevera y guarda una copia de pinturas donde aparece este humilde utensilio. Me enseña la portada de la edición alemana de Haciendo historia, de Stephen Fry. Lleva una. Sur la scène intérieur (Gallimard), de Marcel Cohen, luce otra y el propio Cohen lo justificaba: “me digo a mí mismo que no se puede conservar un objeto tan modesto y descolorido durante setenta años sin motivos serios”. Es fácil de entender que una huevera resuma la intención de un libro que se titula Cocina sencilla para tiempos complicados (Igone Marrodan, Alianza) o que Martha Stewart recurriera a ella para uno de sus recetarios. Menos lo es que The New Yorker insistiera más de una vez en lucirlas como icono exclusivo de portada o que una imagen de huevera ilustre un libro de tecnología. Fuster me muestra su álbum con obras de Klee, Le Corbusier… y la más irónica de todas, casi un chiste, de Magritte: una gallina contemplando su huevo servido en una huevera.
Los materiales son variadísimos. Las hay de mármol, papel maché, mimbre,
opalina, plástico, silicona, resinas termoplásticas, porcelana, oro y plata o
una keniana de esteatita. Igualmente interminables son sus formas y las
ocurrencias. Hay hueveras en las que el huevo es la cabeza de un lector de
diario (Le Figaro, Financial Times). No faltan las sugerencias eróticas
más o menos osadas. Otra lleva un reloj de arena para vigilar la cocción y
también puede encontrarse un ejemplar con la receta del “oeuf à la coque”. Hay
mensajes en catalán (“L’avorriment és la malaltia d’aquells que tenen l’ànima
buida i la intel·ligència sense imaginació”); a favor y en contra del Brexit…
Este mes de julio se inscribió para conseguir el récord Guinness del
coleccionismo de hueveras. Con la ayuda excepcional, amigable, del pueblo de
Campo expuso en un local de la población casi todas sus posesiones. Algo más de
mil ya están permanentemente instaladas en el Museo de los Juegos Tradicionales de Campo. Una vez mandada la documentación, ahora está a
la espera del reconocimiento del Guinness World Records. Llegue o no, será el
final de su dedicación a este lúdico empeño al que tantas horas y pasión ha
dedicado. Para acreditar ante Guinness el número de piezas debió mandar una
grabación audiovisual del recuento que dos supervisores-contables hicieron. La tarea
fue fácil porque habían desplegado en las mesas unas plantillas cuadriculadas
donde cabían cien hueveras en cada una. Había que comprobar que todas
estuvieran llenas. En aquel espacio te dabas cuenta de la magnitud de la
colección. Y lo sé porque, junto a la abogada Carmen Mascaray, fui uno de los
supervisores que acreditaban la cifra ante Guinness. Es la segunda cosa más
extraña que he sido en mi vida. La primera, en época de Franco, fue la de
testigo de apostasía. Pero eso ya es otra historia."
En la Sala del Museo que nos ha cedido temporalmente el Ayuntamiento hay expuestas unas mil hueveras, que se pueden ir a ver durante todo el año, llamando antes, para concertar visita, a la responsable del Museo, Judith Lacoma, que trabaja en el Ayuntamiento.
De la número 1 a la 15.584
El día del recuento, el 22 de julio, se procedió al recuento de todas las piezas exhibidas. Tal y como se exige, dicho recuento debe estar a cargo de dos personas imparciales, que cuenten con el debido reconocimiento social. Encontramos a dos personas que reunían las condiciones y que nos quisieron ayudar, Carmen Mascaray, abogado, y Tomás Delclós, periodista de El País. Se lo tomaron muy en serio e hicieron un gran trabajo. ¡Gracias a los dos!
Primero, contaron las hueveras expuestas en el Salón Social:
PUESTA AL DIA
Hace algunos meses que no he colgado nada en este blog, digamos que por circunstancias personales no he podido, pero eso no quiere decir que no haya habido ninguna novedad en nuestro mundo de las hueveras.
UN SUEÑO QUE SE HA HECHO REALIDAD
El pasado 22 y 23 de julio expusimos en Campo nuestra colección de más de 15.000 hueveras todas diferentes. Todo el pueblo nos ayudó y quedó muy bonito.